A veces el mundo se mueve tan rápido que apenas si nos damos cuenta de lo que sentimos. Vamos por la vida cumpliendo pendientes, tomando decisiones, resolviendo problemas… pero, ¿cuánto espacio te das para escucharte?
El journaling —o escribir para ti mismo— puede parecer algo muy simple. Pero, cuando se hace con intención, se convierte en una herramienta poderosa para ordenar tus ideas, bajar el ruido mental, conocerte mejor y tomar decisiones con más claridad.
Si nunca has llevado un journal (o si lo has intentado y lo abandonaste), esta guía está hecha para ti. Sin métodos rígidos, sin presión, sin fórmulas mágicas. Solo tú, tu cuaderno, tus pensamientos… y un poco de ayuda para empezar con el pie derecho.
El journaling es un espacio personal para escribir lo que piensas, sientes, vives o imaginas, sin filtro. No es un diario con fechas ni un lugar para escribir “lo que hiciste hoy”. Es una forma de reconectar contigo, dar sentido a lo que vives y ver más claro lo que necesitas.
Lo mejor: no necesitas ser “bueno escribiendo”. Solo necesitas ser honesto contigo. Y eso, todos lo podemos hacer.
La mayoría de las personas abandonan el journaling porque creen que tiene que ser perfecto: escribir todos los días, redactar bonito, seguir estructuras complejas... Pero no se trata de eso. Se trata de crear un ritual contigo que se sienta seguro, libre y amable.
Aquí van tres claves para empezar sin complicarte:
Puedes utilizar un cuaderno, una agenda, hojas sueltas o también optar por descargar e imprimir plantillas de journaling para luego archivarlas. Algunas personas prefieren separar por temas (ideas, emociones, sueños) y otras lo llevan todo junto. Lo importante es que sea funcional para ti.
Sugerencia práctica: Usa una carpeta o un folder para guardar tus hojas de journal si usas plantillas. Así puedes ir creando tu propia bitácora emocional por secciones. No tiene que ser digital. Hay una magia especial en lo hecho a mano.
No necesitas escribir diario. Puedes comenzar con una o dos veces por semana, en momentos clave como:
Más vale escribir 15 minutos a la semana, que proponerte hacerlo todos los días y frustrarte por no lograrlo.
A veces, lo más difícil es saber qué escribir. Por eso, te dejamos aquí algunas preguntas para activar tu reflexión, sin juicio y sin reglas.
Si estás frente a la hoja en blanco y no sabes qué escribir, empezar con una pregunta puede ayudarte a abrir el diálogo contigo. Aquí algunas ideas simples y amables:
No hay respuestas correctas. Solo espacios para escucharte con más atención.
Antes de tomar la pluma o abrir una hoja, hazte esta pregunta:
¿Para qué quiero escribir?
Tal vez sea para entenderte mejor, liberar emociones, organizar ideas o simplemente tener un momento contigo. Saberlo te ayudará a darle sentido y continuidad a tu práctica.
No hay una forma correcta de hacerlo. Puede ser un cuaderno, hojas sueltas, plantillas o incluso notas en tu celular.
Lo importante es que te sientas cómodo con el formato y te invite a regresar.
Recuerda: no necesitas lo perfecto, solo lo que te funcione hoy.
Encuentra un momento del día en el que puedas detenerte unos minutos: en la mañana, al terminar tu jornada o durante una pausa.
No hace falta escribir todos los días. La constancia también se construye con intención, no con rigidez.
Puedes apoyarte con recordatorios visuales o integrarlo a hábitos que ya tienes, como tomar café o escuchar música tranquila.
Dividir lo que escribes por secciones puede ayudarte a ver con más claridad.
Puedes usar separadores o colores para clasificar tus entradas. Algunas ideas:
Tener todo agrupado hace que revisarlo después sea más sencillo y significativo.
Volver a leer lo que escribiste semanas o meses atrás puede mostrarte cuánto has cambiado, qué emociones se repiten o qué logros has alcanzado.
Esto refuerza el valor del journaling como una herramienta para crecer contigo.
No todos los días serán igual de claros. Y está bien.
Hay días en los que escribirás mucho, y otros en los que no saldrá una sola palabra.
No te juzgues. El journaling es un refugio, no una obligación. Un espacio solo tuyo.
Este no es un ejercicio de productividad ni algo más para tu checklist. El journaling es un espacio de cuidado propio. No lo conviertas en una obligación. Es una práctica para bajar el ritmo, escucharte, recordarte lo que importa.
Algunos días fluirás y escribirás tres páginas. Otros solo pondrás una palabra o nada en absoluto. Y todo eso está bien.
Existen descargables diseñados especialmente para quienes quieren comenzar a escribir sin abrumarse. Estas plantillas imprimibles ofrecen una estructura simple, clara y amable para que la experiencia sea más fluida:
Si estás buscando inspiración para comenzar o mantener tu journaling, te compartimos plantillas descargables y gratuitas.
[Descargar formatos de journaling aquí]
No necesitas comprar nada ni hacer una gran inversión. Solo elige un día, un momento y un lugar tranquilo para sentarte a escribir algo tuyo. Lo que salga, está bien.
Tu voz interna merece un espacio. Y tú, un ritual que te recuerde que estás ahí para ti.
Suscríbete a nuestro newsletter
Visita nuestras tiendas oficiales